sábado, 31 de mayo de 2008

Río Lérez. Coto de Forcarei

El coto de Forcarei se encuentra situado en la parte alta de río Lérez. Es el primer coto de este precioso río pontevedrés. Es un coto tradicional, con un cupo demasiado alto de truchas y una medida mínima ridícula: 17cm.
En la parte inferior del coto dispone de una pequeña presa y una escala de peces, en mi opinión, mal hecha.
Es un río pequeño en este punto, 4 o 5m de ancho en la pare inferior del coto y a veces menos en la superior. El tamaño de las truchas es variado, pero escasean las mayores de 25cm, aunque de vez en cuando te llevas sorpresas en los pozos profundos. Eso sí, las truchas poseen una librea preciosa, notándose su pureza en sus colores y en su "nervio". Son truchas realmente recelosas y si te suben una vez a la mosca, ya no suben más, aunque no las claves; los día de sol y en aguas tranquilas, son imposibles de tentar, espantándose nada más vuela la linea.

El coto se puede afrontar desde su parte inferior. Subiendo por la carretera que va junto al río en dirección a Forcarei, saldremos a la izquierda por una carreterilla que baja al río en la población de Folgoso. La carretera desciende y cruza el río por un pequeño puente. A continuación hay una pequeña hermita a mano derecha, que es donde dejaremos el coche y bajaremos al río andando por el camino que sale en la misma puerta de la hermita.
Llegaremos a la pequeña presa, que por la parte de arriba de la misma hay una pequeña caida de agua al enorme pozo que forma la presa. En ese punto se pueden conseguir un buen ejemplar de trucha, si somos suficientemente sigilosos.

Después vendrá un enorme pozo, con aguas paradas y rodeados de vegetación, por lo que lanzar en el mismo es imposible, al igual que el vadeo, pues tiene una profundidad de 3-4m. Más arriba del pozo empieza empiezan las corrientes y los pequeños pozos, junto con algunas pequeñas tablas. Hay que estar muy sigilosos, muy agachados y con lances todo lo largo que nos permita la abundante vegetación.
Podremos seguir pescando hasta que el río se encañone de tal forma que se vuelva incluso peligroso el flanquear las enormes piedras y los profundos pozos. Hasta ese punto tendremos aún una pequeña presa de piedras, por la que sale un fuerte chorro y donde tendremos otra oportunidad de pinchar truchas de tamaño cercano a los 30cm. También tendremos pequeños pozos donde estos ejemplares se situan, pero solo con buenas eclosiones, el resto del tiempo las veremos pegadas al fondo de los mismos.
La parte de arriba, en el pueblo de Forcarei, tiene menos agua y está mucho más pescada por la gente del pueblo. Las truchas suelen ser de menor tamaño que aguasa abajo y están más escarmentadas. Los días que he subido a este punto, siempre me ha pedido la licencia, una chica guarda forestal, muy amable y atenta, la cúal siempre me ha ofrecido un librillo de normas y una regla para medir las truchas.

Las moscas que más he utilizado en este coto son Elk Caddis claros y en tamaños de un 15-17, efémeras olivas en parachute en tamaño del 17 y pequeñas ninfas de faisan con cabeza dorada en tamaños del 16 y 18.
El equipo recomendable sería una caña entre los 7 y 8 pies, pues mayores nos molestarán para lanzar y tampoco vamos a pescar de punta, pues repito que hay que alejarse todo lo posible de las posturas de las truchas. Como el tamaño de las mismas no es muy grande, entre los 15 y 25cm la numeración será una linea 3 o 4 como mucho. Las lineas de seda serán muy discretas en este río. De las lineas sintéticas recomiendo las especiales para pescar en arroyos, con puntas largas y finas.

Este coto lo he pescado una docena de veces el año pasado consiguiendo numerosas capturas cada día, aunque disminuyendo según avanzaba la temporada, cosa normal si consideramos que es un coto con muerte y que casi nadie pesca sin muerte... y casi nadie respeta ni los cupos ni las medidas.
El entorno es precioso y si te pasa como a mi, que te pilla algún día de esos de lluvia fina y enorme eclosión, vas a disfrutar mucho. Si subis os pediría que pescarais sin muerte, para poder preservar las preciosas truchas que tiene.

La pesca del barbo a mosca en la provincia de Zamora

Mucho se ha escrito (y a la vez tan poco) sobre la pesca a mosca del barbo. Muchos son los que la practican (aunque no son la mayoría de mosqueros) y casi todos hemos clavado alguno de forma fortuita mientras tentábamos a las truchas.
Pero de una cosa estoy convencido: aún no se ha profundizado demasiado en la fascínate pesca a mosca de este ciprínido. Varias son las razones: por no ser un pez tan "noble" como la trucha o salmón y por ello muchos mosqueros no la practican, porque la mayoría de los que lo hacen es en épocas en las que la trucha o bien no se puede pescar (época de veda) o solo se puede pescar unas determinadas horas al día (amanecer y anochecer), la casi nula actividad económica alrededor de su pesca a mosca (al contrario que con otras artes) y el no existir competición a mosca del mismo, en mi opinión, todo un alivio.
Llevo pescando barbos y carpas a mosca desde el año 94, momento en el que cayó en mis manos la primera caña de mosca; debido a que soy ribereño del Duero, mis inicios en la pesca a mosca fueron con estas dos especies, las cuales pesco con gran pasión aún a día de hoy y siguen siendo todavía un gran reto para mí, sobre todo cuando lo que se busco son grandes peces.

Y así nada más leer el título algunos pensarán que solo voy a hablar de los ríos barberos de Zamora y no solo es eso, y otros pensarán que soy demasiado "localista", y tampoco es esa es mi intención. Quiero dejar claro que si voy a hablar de la pesca del barbo en Zamora es por dos razones: 1- porque uno solo debería hablar de lo que conoce de primera mano y no de oídas, y yo solo he pescado barbos en mi provincia (y algunas jornadas en el Ebro).2- después de intercambiar ideas con pescadores de otras comunidades más al norte y al sur que la nuestra, he podido comprobar que estos peces se comportan de forma muy distinta según cambiamos de río y de zona, por lo tanto creo que las ideas aquí expuestas sirven para nuestra provincia y, seguramente aplicadas en otras, los resultados no serían tal vez los mismos... o tal vez sí, pero lo desconozco. Por todo ello quiero indicar que las siguientes líneas están basadas solo en mi experiencia personal y por lo tanto subjetiva.


Mitos y leyendas sobre los bigotudos

Varios son los mitos y verdades a medias que giran en torno a estos magníficos peces, en su mayoría equivocados o inciertos. Vamos a desgranar algunos:

-"Es un pez que se pesca en septiembre y octubre" Es una verdad a medias y que llama a equívocos. Si bien es verdad que el final del verano y el principio del otoño es una magnífica época para su pesca, no es menos cierto que durante el resto del año se puede pescar con resultados más o menos óptimos.

-"No son peces de superficie" La morfología del barbo está diseñada para rebuscar y cazar en los fondos, pero no es menos cierto que en nuestra provincia los barbos tienen una gran tendencia a comer en superficie y aún en ausencia de cebadas, un escarabajo bien presentado puede suponer la subida de un barbo aunque éste esté a un par de metros de profundidad.

-"En invierno es imposible pescarlos pues se van al fondo" Si y no... Si bien los peces suelen buscar aguas profundas en época de fríos extremos, también es verdad que en días de anticiclón con mañanas soleadas los barbos suelen subir a superficie y merodear las orillas, sobre todo cuando está subiendo el nivel del embalse.

-"Para su pesca te servirá el equipo de trucha" Pues depende de qué equipo de trucha uses y de que barbos intentes pescar. Este tema lo trataré más adelante, pero ya os digo que las bobinas por debajo de 0,18mm las dejéis en casa junto al Vivarelli.

-"Son peces mucho menos nobles que la trucha o el salmón" Este punto no lo voy a discutir, aún estando en desacuerdo, porque sobre gustos colores, aunque me juego un café que la mayoría de los que expresan esta opinión no han tentado muchos barbos.

-"No son peces muy mosqueros" Incierto totalmente, opino y estoy convencido que los barbos son uno de los peces más mosqueros que tenemos en la península, pues con ellos se puede utilizar la seca, la ninfa o el streamer y en muchos tramos ocupan posturas muy parecidas a las de las truchas y con una alimentación muy similar.


Pescas diferentes, equipos diferentes

Suele decirse que el equipo de pesca para trucha valía perfectamente para la pesca del barbo. Si tenemos en cuenta que el equipo de trucha puede ser uno formado por una caña de línea 4 o 5, se me antoja algo corto para los barbos de nuestra provincia y los tamaños que pueden llegar a alcanzar, sobretodo en embalse.
Si bien es verdad que una caña de línea 5 nos puede sacar del paso en una jornada improvisada de barbos, también es cierto que en muchas ocasiones se nos quedará corto, por lo que yo optaría por una caña de 9 pies y línea 6 o mejor aún 7, pues como ya comenté, las posibilidades en cuanto tamaño son grandes, no siendo raro en el embalse encontrarnos peces de tamaños por encima de 70cm. y que con un equipo de trucha, durante la pelea, nos va a ser imposible controlar la situación mínimamente.
Aún así, con una caña de línea 7, habrá situaciones en que si los barbos son de un buen tamaño y las condiciones del río favorables a los peces (corrientes fuertes, obstáculos como rocas o vegetación sumergida...etc.) se nos quedará corto, pues estos animales tienen una gran fuerza explosiva durante los primeros metros y si lo juntamos a una fuerte corriente, nos va a ser imposible pararlos.

El tema del carrete es un poco peliagudo. Mucha gente no le da importancia a esta parte del equipo. Puede que, con el tamaño de trucha que tenemos en la península, la gente esté acostumbrada a que el carrete solo sirva para "lucirlo" o para almacenar línea. Sin embargo en la pesca del barbo, sobre todo los de tamaño, el carrete es una pieza bastante importante a la hora de pelearlos.
Recomiendo un carrete large arbor pues, a parte de la ventaja que la línea coge menos memoria, la diferencia de resistencia que harán las primeras vueltas de línea respecto a las últimas, será mínima, asegurándonos que el frenado que sufrirá la línea sea siempre el mismo. El que el freno sea progresivo y potente se sobreentiende en prácticamente todos los carretes que se fabrican hoy día. Aconsejaría comprar un carrete de la más alta calidad que nuestro bolsillo nos permita y de una marca lo más fiable posible. En un par de ocasiones he sufrido en primera persona como el disco de corcho de un carrete lo ha mandado al carajo un barbo no tan exageradamente grande en su tremenda arrancada. Ni decir tiene que la marca de dichos carretes no era precisamente puntera en materiales de pesca a mosca y aprendí la lección, el siguiente que me compré fue de calidad y de una marca con calidad contrastada.
El tamaño del carrete debe de ser el suficiente como para meterle una wf de línea 7 y al menos unos 50m de backing de 20 lb, que yo lo recomendaría trenzado hueco, pues seca antes y por lo tanto el carrete no estará en contacto con humedad durante largos periodos de tiempo, alargando la vida del mismo y del mismo backing. Intentaremos que el carrete no tenga un peso exageradamente elevado, ya pesa demasiado la caña del 7 como para añadirle un exceso más. Eso sí, esta característica puede añadir precio al mismo.

La línea podría ser una dt, pero en embalse o en días de algo de viento nos vendrá bien una línea wf. Ojo con que línea compramos!! No compremos una especial para lucio o bass, pues tienen el peso muy adelantado y por lo tanto una cabeza con una sección considerable, haciendo unas posadas muy bruscas. Recomiendo cualquier línea de trucha en esa numeración, incluso una línea 6 para la caña del 7, así las posadas serán algo más suaves que siempre nos vendrá bien en aguas muy calmadas y transparentes como pueden ser las de un embalse.

El bajo de línea que últimamente utilizo es un cónico 0X de 9 pies, al cual realizo una micro lazada en la punta, donde iré uniendo los siguientes tramos de nylon según requiera la situación... 1X, 2X, 3X...etc. No suelo complicarme mucho más la vida en la confección de los bajos, salvo excepciones como pueden ser los días de mucho viento de cara, en los cuales necesito bajos muy rápidos, que es cuando ya me los fabrico yo mismo.

Un elemento IMPRESCINDIBLE para la pesca de este pez es unas gafas polarizadas. Sin ellas la localización de los barbos será muy difícil y en muchísimos casos imposible. Aún con gafas hay días que los barbos parecen auténticos "camaleones" y se camuflan con el fondo de una manera increíble, solo delatándose en el momento de su huida.

El wader en río nos es de gran utilidad para acceder a las zonas centrales del mismo y para salvar la vegetación de orilla. Sin embargo en embalse me parece totalmente prescindible, donde recomendaría mejor unas botas cómodas de montaña, unos pantalones de senderismo y en caso de frío un buen cortavientos con un polar debajo. El color de la ropa en embalse considero que tiene una gran importancia debido al gran sentido de alerta de estos peces. La ropa con colores similares al del entorno (color tan, marrones claros, olivas suaves...) creo que es la más adecuada, por eso de no crear grandes contrastes con lo que nos rodea.

El chaleco en esta pesca lo considero también como un elemento prescindible. Mejor una mochila, donde aparte de meter nuestros utensilios de pesca, podremos llevar ropa de abrigo (o al revés, guardarla cuando ya no la necesitemos), comida con la que ir recuperando fuerzas (a veces nos recorreremos grandes distancias en busca de los bigotudos) y algo muy importante: líquidos para una correcta hidratación, no tengamos algún "bajón" debido a deshidratación, sobretodo en época de calor (doy fe de ello). Una mochila con "Camell bag" podría ser la mejor elección.


La caja de moscas

Voy a intentar daros unas pautas de lo que para mí sería una "caja básica" para la pesca de este pez, en la cual no necesitamos cientos de moscas ni docenas de modelos de ninfas, secas y streamers. Vamos allá:

Debo de empezar recomendando que todas las moscas deben estar montadas, a poder ser, en anzuelos fuertes (2X heavy) pues si no nos los abrirán en demasiadas ocasiones. También sería aconsejable eliminar la muerte del anzuelo para un desanzuelado sencillo y así devolver el pez en las mejores condiciones posibles al agua.

-Moscas de superficie: bichos (escarabajos) de foam en dos tamaños y pesos, uno en un 14 y liviano y otro en un 10 y con más foam, de color negro. Una hormiga alada en un 16 para cuando están recelosos y otra "hormiga Z" en un 14. Grandes efémeras y tricópteros en un 14 de color oscuro o negro, que nos vendrán muy bien en el Esla. Chernobil de dos tamaños, en un 12 largo y otra en un 8 largo. Saltamontes de foam en un 10 color marrón claro o amarillo suave (la "noble chernobil" en color tan cumple perfectamente esta función).

-Ninfas: ninfas color naranja y negro de cabeza dorada en un 10, larvas de quironómido rojas o verdes en un 10, alguna imitación de ninfa de odonato color marrón u oliva también en tamaño 12-10, alguna imitación pesada y llamativa en anzuelo del 8-6 largo como por ejemplo una "montana", y en general vale cualquier ninfa en colores discretos (salvo la naranja) como pueden ser las de pelo de liebre, conejo, foca... etc. siempre que estén montadas en un anzuelo resistente y en un tamaño superior a un 14.

-Streamers: wolly buger marrón, negro con cola roja, oliva, tan... en anzuelo del 8-10. El zonker de conejo suele funcionar muy bien, sobretodo en embalse, siempre que su tamaño no sea muy grande, en torno a los 4 o 6cm.

Creo que con esta caja tendremos resueltas prácticamente todas las situaciones que se nos pueden dar en nuestra provincia. El tiempo nos dirá que imitaciones son las que más utilizamos, de las cuales deberemos hacer las suficientes, pues hay días en los que se producen muchas roturas (tamaño de los peces, presencia de rocas u obstáculos,...etc.).


Técnicas y tácticas

Creo que a la hora de afrontar una jornada barbera hay que tener en cuenta una serie de factores como puede ser la época del año, la climatología y muy importante, si es río o embalse.


-El río:


Los ríos más barberos de nuestra provincia, Esla y Duero, son de un gran porte y aunque los dos sean de la misma cuenca y afluente uno del otro, la pesca en ambos no tiene nada que ver, pues los peces se comportan de una manera distinta e incluso a veces opuesta.

El Esla es un río que por norma general lleva el agua bastante transparente y con bastantes eclosiones (cada vez menos) y debido a esto los barbos se ceban mucho en superficie. Suelen tener un tamaño entre 50 y 60cm. Son extremadamente asustadizos, pero en numerosas ocasiones no salen huyendo al vernos, sino que se quedan agazapados en su corriente pero ignorando totalmente nuestras imitaciones.
La morfología del río nos permite vadear gran parte de él y así poder pescar más zona que la orilla, pues los barbos se encuentran bastante distribuidos entre las numerosas y pequeñas corrientes y posturas que forman las rocas de su lecho.

En la pesca a mosca seca, un buen acercamiento supone el 70% del trabajo, el 20% una buena presentación y el restante 10% lo dejamos en manos de la suerte y de la imitación, pues serán muchas veces las que un barbo nos rechazará una mosca.
No tengo muy claro por qué los barbos rechazan las moscas, pero después de unos años pescándolos un grupo de amigos, hemos sacados nuestras "teorías" y creemos que un factor importante es que la mosca a veces queda entre el pez y el pescador y en el momento de tomarla nos detecta; otra teoría que tenemos es que los barbos poseen un morro muy sensible y notan unos cercos demasiado rígidos (los tricópteros siempre dan mejor resultado que las grandes efémeras), unas patas de goma demasiado largas o una flotabilidad excesiva de la mosca, la cuál el barbo no puede "absorber" y acaba rechazando. A esto hay que añadirle que muchas veces los bigotudos comen al lado de nuestra mosca, como si hubieran "fallado" al tomarla, no sé si es un tipo de rechace de última hora o "defecto del animal".
Cuando cae hormiga con ala el río es un hervidero de cebadas y los barbos no son nada selectivos con la mosca. Los dos o tres días siguientes a la caída, los peces aún estarán bastante activos en superficie.
Las moscas de superficie más efectivas en este río son los tricópteros y efémeras negras, la hormiga con ala y el saltamontes (sobre todo en verano), pues el río está flanqueado por numerosas praderas y sembrados de cereal.

La pesca a ninfa es algo más complicada, pues debido a la transparencia del agua y al estado de alerta de estos peces, los lances la mayoría de las veces serán a una buena distancia, río arriba y a pez visto. Una presentación brusca supone casi siempre la huida del pez. Esta pesca nos resultará algo más sencilla cuando se encuentren en las corrientes de las cascajeras, donde suelen reunirse en grandes grupos.
Las ninfas más efectivas son la larva de quironómido, ninfas de oreja de liebre y alguna cabeza dorada no muy grande.

Una excepción a esta forma de pescar a ninfa, la tenemos en algunas zonas de fuertes corrientes de un metro o metro y medio de profundidad, formadas por roturas en presas de molinos o grandes piedras. Aquí suelen vivir barbos de tamaño considerable (más de 60cm) que encontraremos en mitad del chorro. Barbos con una potencia muy grande, que pondrán a prueba todo el equipo, desde la caña, al carrete, pasando por el nylon y el anzuelo.
La técnica para pescar estos peces pasa por lanzarles a pez visto, pesadas y llamativas ninfas a la cabecera del chorro, las cuales tomaran rápida y violentamente. Lo que vendrá después de clavarlo será una potente carrera intentando cruzar el río, para una vez conseguido, desprenderse corriente abajo a gran velocidad. La multitud de piedras que siembran estas zonas del río hará que, si no logramos parar el pez a tiempo, acabará, en el mejor de los casos, rozando y rompiendo el bajo y en el peor enganchando la línea entre dos piedras en mitad del río. La posibilidad de seguir el barbo río abajo es muy limitada debido a la fuerza y profundidad de las corrientes.
La pesca de grandes peces en este tipo de escenarios ha sido, y es, un gran reto para nosotros, pues cuando no era insuficiente una caña del 7, el nylon no aguantaba, o si aguantaba te abrían el anzuelo, o si el anzuelo no abria, había que dejarlo ir ante el riesgo de rotura de la caña.
Las grandes ninfas que utilizo para estos chorros suelen ser "montanas" en tamaños de anzuelo del 6 de streamer, con una gran cabeza de tungsteno y muy lastradas para que bajen rápidamente en estos fuertes chorros.

La mejor época para pescar este río depende mucho de la suelta de agua que le hagan desde las presas río arriba. En condiciones óptimas de agua se pueden pescar barbos de manera asidua desde abril hasta noviembre, también dependiendo de las condiciones climáticas y del frío que haga.

La pesca en el Duero es bastante diferente, pues las condiciones del río son muy distintas y el comportamiento de los peces también, posiblemente debido a una menor presión pesquera en las zonas más mosqueras del Duero.

El río Duero lleva un agua más o menos turbia, chocolate en los peores días y algo tomada cuando las condiciones son óptimas. Los barbos ante estas condiciones del agua, tienen una visibilidad más restringida y por lo tanto podemos acercarnos más al pez, pero por el contrario, les costará más detectar nuestras imitaciones en superficie. El tamaño de los peces aquí oscila entre los 40 y 60cm, aunque alguna vez se ve alguno bicho de más de 70cm. La táctica a seguir a seca es que el pez se fije en nuestra mosca, pues los barbos de este río son algo reacios a "mirar hacia arriba", al contrario que sus primos del Esla, para lo cual será necesario que nuestra mosca haga un pequeño chof!! Al presentarla; el barbo se fijará en la mosca y subirá. Para este fin los bichos de foam nos vienen como anillo al dedo y dependiendo de la actividad de los peces, que tendrá que ver mucho con la claridad del agua, utilizaremos un tamaño mayor o menor de bicho, dependiendo si necesitamos llamar más o menos la atención. A veces con el bicho no basta para hacer subir a los barbos más reacios, es la oportunidad de la "chernobil". En un anzuelo del 12, tiene un poder de atracción bastante grande y levanta barbos reacios o más profundos debido a su tamaño y colores (para mí el mejor el negro o el negro y salmón), pero por contra sufre más rechaces.

La pesca a ninfa en el Duero será casi de punta, pues nos podremos acercar mucho a los peces. Si están a poca profundidad utilizaremos una imitación poco lastrada, tipo larva de quironómido o ninfa de odonato de marabú. Si estuvieran en corrientes más profundas deberemos utilizar cabezas doradas, que nos servirán como lastre y atracción en estas turbias aguas. La combinación de colores naranja-negro funciona bastante bien. Las ninfas con cabeza color flúor y en tamaños de un 12-14 van bien en aguas tomadas.

Este río se puede pescar casi todo el año si el nivel de agua no es muy elevado y ésta lleva suficiente claridad. Solo los días de frío extremo que tenemos en la provincia, harán desaparecer a los barbos de la orilla, pero aún así, la mayoría de los días de invierno se podrán pescar. La mejor época en verano, sin duda.


-El embalse


La pesca en embalse es algo diferente a la del río. Si bien en el río los barbos tienen unas posturas más o menos fijas, en embalse esto no ocurre pues el nivel agua sube y baja y aparecen y desaparecen rocas, troncos y posturas.
A la creencia popular de que, en todo el embalse hay peces y en cualquier sitio tendremos posibilidades de pescar barbos, no le doy credibilidad, pues durante todos estos años hemos comprobado cómo hay zonas del embalse donde abundan una clase de peces sobre otra, unas sufren más o menos presión pesquera, salidas de manantiales y pequeños regatos... en fin, una serie circunstancias que hacen que unos sitios sean más productivos que otros, tanto en cantidad como en calidad. Por lo tanto no nos queda más remedio que patear orilla en busca de nuestra "victimas". Hay días que realmente se hacen unos cuantos kilómetros en busca de ellos. Vuelvo a insistir en la necesidad de llevar algún líquido hidratante, máxime si es en época de calor.

Salvo que los peces nos obliguen a ello, no recomiendo bajar mucho la sección de punta del bajo, pues dependiendo de la zona y época, la posibilidad de clavar una pieza excepcional siempre existe y los obstáculos son muchos. También es recomendable tener una buena reserva de backing, aquí las carreras serán largas y potentes, sacándonos en ocasiones muchos metros de línea.

Pescando en el embalse el primer y más importante objetivo es localizar a toda costa a los peces. Podremos utilizar rocas y puntos elevados para localizar peces, pero teniendo en cuenta que esto solo nos servirá a largas distancias, pues si te pones bien visible encima de una roca a 15m de un barbo, éste saldrá como alma que lleva el diablo. Por lo tanto, una vez localizados los peces, deberemos proceder a aproximarnos a ellos, intentando hacer el menor ruido posible con nuestras pisadas y utilizando todo aquello que sirva para poder ocultarnos (rocas, arbustos, paredes de piedra...). El sol mejor a nuestra espalda, si nos diera de frente tendremos más posibilidades de ser vistos. Creo que la fase de acercamiento a los peces de embalse es crucial a la hora de tener éxito en forma de captura.

El viento, ese "enemigo" del pescador a mosca, que en esta ocasión va a ser un buen aliado. El viento nos permitirá acercarnos más a los barbos. Los días de fuerte viento, en los que las olas baten la orilla del embalse, van a ser días ideales para que los grandes peces se acerquen a comer, pues las olas remueven la orilla y ellos no dejarán pasar la oportunidad.
Una buena ninfa de marabú, streamer o incluso una "chernobil" bien presentados nos depararán una captura. En estas condiciones es aconsejable acercarse todo lo que los peces nos lo permitan, pues las olas no nos dejarán ver la toma de la artificial de manera clara.
Siempre hay reculas y zonas de cortados al abrigo del aire, pero aún así el viento lleva siempre semillas e insectos que caerán a estas zonas abrigadas, donde los barbos estarán al acecho de todo lo que cae del cielo. Al ser aguas más tranquilas y al estar los peces activos de un sitio para otro, habrá que tener mucha precaución y sigilo para no ser detectados al acercarnos a la postura. Eso sí, la reacción a la posada de la mosca suele ser en forma de una violenta toma por parte del pez.

Habrá días en que no sople el viento, o este sea simplemente una ligera brisa, insuficiente para hacer oleaje, por lo tanto habrá que buscar a los peces. Pueden que estén algo profundos, incluso a más de 2m, pero una buena posada de una "chernobil" o saltamontes puede hacer subir a un buen barbo desde el fondo para tomarla. Si los barbos no estuvieran muy activos recomendaría buscar zonas menos profundas, donde poder seguir mejor la evolución de una ninfa, pues a veces no podremos acercarnos mucho, como será el caso de las playas de piedra.

Las zonas de cortados o grandes rocas seguidas de zonas profundas, suelen albergar peces de tamaños excepcionales. Como la única manera de acercarnos a ellos desde la orilla será la desde encima de la roca, deberemos asomar apenas la cabeza y la caña, incluso cuerpo a tierra, pues estas grandes piezas no han llegado a ese tamaño por casualidad y suelen ser peces muy avispados y desconfiados. Eso sí, antes de clavar un pez desde estas zonas hay que tener claro por dónde lo vamos a sacar, mientras estas peleando con el pez de tu vida no es buen momento para elegir una ruta de descenso de una gran roca, podemos acabar pegando un buen ostiazo. Recomiendo encarecidamente poner un terminal nuevo antes de tirarle a uno de estos peces, mi compañero habitual de pesca aún estará bajando santos después de perder el barbo de su vida por un terminal "tocado".

En el embalse podemos pescar todo el año, con más o menos fortuna, así que voy a desgranar las épocas:

-Primavera: los peces han salido de la dura etapa del invierno y procederán a comer para coger fuerzas antes de la freza. Suele coincidir que en esta época los embalses comienzan a subir su nivel y se inundan zonas y praderas. Estás nuevas zonas inundadas serán aprovechadas a tope por los barbos, siendo cientos los peces que se adentrarán en las praderas inundadas, en busca de alimento en forma de lombrices, insectos ahogados y semillas.
Los días previos a la freza será buena época para tentar peces de gran tamaño, pues se acercarán en buen número a la orilla. Durante la freza los peces no harán mucho caso a nuestras moscas, por lo que la táctica será buscar ejemplares algo solitarios y aislados, que no estarán en pleno acto sexual y aceptarán de mejor gana nuestro señuelo. No me imagino que reacción tendría yo si un vendedor me ofrece pipas o palomitas cuando estoy en el asiento trasero del coche con mi chica.

-Verano: es buena época de pesca, pero salvo días de viento, las mejores horas serán al amanecer y hasta a mediodía y desde media tarde hasta el anochecer. La verdad es que pescar en pleno julio a las 4 de la tarde, al sol, es tener mucha moral. Mejor buscar una buena encina para meternos debajo de su sombra para comer, con siesta incluida. En esta época aparecerán por la orilla del embalse enormes escarabajos negros, de los cuales seguramente darán buena nota los barbos. Los saltamontes serán multitud y los barbos no harán ascos a una "noble chernobil" o un saltón de foam, en colores crema y tamaños entre un 12 y un 8 largo.

-Otoño: la mejor época sin duda, tanto por la cantidad como por la calidad de los peces. La temperatura es ideal, con la llegada de los primeros chubascos aparecerán las hormigas con alas y pillar una de estas eclosiones en pleno embalse es un "orgasmo pequíl". La mejor hora del día será casi todo el día, aunque, según avanza el otoño, las mejores horas serán las centrales. Los peces comen mucho en superficie y están muy activos, comiendo todo lo que pueden para el duro invierno que les espera.

-Invierno: época de pescadores valientes y con afición. Lo mejor de esta estación es que no hay que madrugar para ir a pescar, con estar a pie de embalse a las 11 de la mañana sobra. Los mejores días para pescar en invierno serán los de anticiclón, cuando el sol calienta un poco en las horas centrales del día. Si el invierno no es muy crudo podremos hacernos con algunas capturas, eso sí, no serán muchos los peces que llevemos a la mano durante estos días, pero seguramente nos darán una gran satisfacción en esta época, en la que casi todos se resignan a quedarse en casa montando moscas al calor del radiador.



Moscas:

-Hormiga Z
















Anzuelo: nº14, 2x largo y 2x grueso.
Abdomen y tórax: foam negro de 2mm de espesor.
Alas: puntas de hackle blanco.
Indicador: foam naranja flúor.
Patas: de goma o silicona finas.


-Montana
















Anzuelo: nº12-6, 3x largo y 2x grueso.
Cercos: biots de oca negros.
Abdomen: chenille negro mediano.
Tórax: chenille amarillo o naranja mediano.
Saco alar: chenille negro, dos cordones.
Patas (opcional): hackle negro, dos vueltas.
Lastrado: a gusto del montador, se le puede añadir una CD

-Bicho de foam















Anzuelo: nº14-10, 2x grueso.
Cuerpo y cabeza: foam negro 2mm de espesor, se puede hacer un bajo cuerpo en pavo real.
Indicador: foam de color vivo.
Patas: de goma negras.


-Larva de vinyl rib
















Anzuelo: nº8-12, 2x grueso.
Bajo cuerpo: tinsel dorado.
Cuerpo: Vinyl rojo o verde, mediano.
Tórax: dubing negro fino.
Antenas (opcionales): pelo fino o fibras de pluma blancas.

A modo de presentación

INTENCIONES

La intención de este blog no es otro que ordenar en un riconcito de la red todas mis experiencías en la pesca a mosca. Solo eso, sin ánimo ni pretensión de dar lecciones a nadie, solo mostrar mis jornadas de pesca, reflexiones, "idas de olla" delante de una botella de vino y ocurrencías varias.

Ante todo me defino como un mosquero independiente, lejos de dogmas de fe y adoraciones a gurús, ni dioses, ni nada parecido. Soy pescador clásico en algunos aspectos de mi pesca y montajes, pero también me abro a nuevas ideas, me empapo de todo aquello que me parezca ocurrente y novedoso.

ALGO SOBRE MI

Nací en Zamora en 1980, pero he vivido hasta los 18 años en Villaralbo. Aunque también me considero sanabrés, por pasar grandes temporadas en el pueblo de mi madre, Folgoso.
Desde los 18 años he viajado y vivido por España por razones de trabajo. León, Zaragoza, Vigo, Madrid, Ferrol, Marín, Baiona o Sabiñánigo... han sido algunos de los lugares por los que he estado peregrinando estos años.

Mis primeros años de pesca, allá por 1990, se los debo a mi padre, con él que pasé preciosas y tranquilas jornadas de pesca de barbos y carpas a veleta, sentados a la orilla del apacible Duero. Aún hoy sigo compartiendo esas tranquilas jornadas con él y aunque yo ya no sea pescador de cebo, me encanta disfrutar de una tarde de verano de esta manera.

Empezé a pescar a mosca de manera autodidacta en 1994, dedicándole mis jornadas de pesca a los barbos y carpas del Duero a su paso por Villaralbo.
Tras dos años conocí al que sería mi maestro, no solo en la pesca a mosca en sí, sino en la filosofía de la pesca sin muerte, en disfrutar de buen vino a pie de río y en la visión de la pesca como una auténtica RELIGIÓN: Miguel Casaseca García.

Durante estos años, debido a mi movilidad geográfica, he pescado infinidad de especies de agua dulce como trucha, reo, barbo, carpa, boga, black bass, lucio, carpín, cacho... Y otras de agua salada como la lubina, caballa, verdel, pez ballesta, agujas...
Todavía quedan especies por tentar en agua dulce y que tengo pendientes, como por ejemplo el salmón, al cúal aún no le he dedicado ni una sola jornada de pesca, y otros de agua salada como son los túnidos o el abadejo.

También me he dedicado al montaje moscas, no de una manera profesional (pues no vivía de eso), pero si a gran escala, sobretodo colecciones para viajes de pesca al extranjero y colecciones para los ríos zamoranos. Nunca monté más allá de 2.ooo unidades al año.

Abro este blog de manera personal, pero espero las colaboraciones de mis compañeros y amigos de pesca: Miguel, Chaki, David, Manolo, Roberto, Juan, Jesús... y todos aquellos con los que comparto jornadas de pesca y botellas de vino.

Espero que os guste el blog y lo critiqueís, sea para bien o para mal.


Un abrazo y pesca sin muerte


Alfonso G.C.