martes, 13 de enero de 2009

Un medio hostil

Hoy me acerqué a la orilla de nuevo, un día mas...

Empiezo con la tarde oscura y un mar que no quiere que me acerque.
Imposible en costa a mar abierto, tendré que buscar algo más recogido. Vuelvo a Baiona, por el camino sale el sol, el viento está rolando a norte. No me gusta.
Lo intentaré dentro de la bahía, espero que con el temporal haya alguna lubina refugiada en esta zona.


Parece que estas calitas están apacibles y no golpea tanto el mar. Me gusta aquella punta, voy a intentarlo... Pero el día ha aclarado demasiado.

Bueno, esto está algo más movido de lo que yo pensaba...


Desde luego no es el habitat natural de un pescador a mosca, pero que te salpiquen las olas, el olor a sal y que de vez en cuando la "loba de mar" te deje tocarle la escama, hacen que día tras día, bolo tras bolo, te acerques de nuevo una vez más a la rompiente.

Hay que buscar otro sitio, aqui estoy demasiado expuesto y en una de estás me llevaré un susto.

Aquí parce que golpea menos, pero esta mar de fondo me afecta hasta en la bahía. Viene la ola y tengo demasiada agua, se retira y me deja en seco...

Lance tras lance me voy desmoralizando una vez más:

-Mar de fondo, no me beneficia para pescar a mosca.

-Viento de norte, si a Roberto no le gusta el norte, a mi tampoco.

-Mucho sol, siempre me fue mal los días de sol, al igual que con los lucios, las truchas,..

-Marea viva, el pescado no queda en las zonas, se mueve demasiado y desde luego de aquí ya se fué, si es que acaso vino...
Cuando agoto mi última gota de moral, recojo, me cambio y me voy.
Entrando en calor con un café que me sabe a sal, sal pegada en mis labios, recuerdo esos días en que te dejabas ver.
¿Donde estas? Ya te hecho de menos, no recuerdo la ultima vez que te vi, "loba de mar"...