jueves, 3 de junio de 2010

Alta Montaña


Gracias a Joaquín Herrero he podido conocer y pescar con Paco Lizárraga (Paco "Maravillas") y compartir una preciosa jornada de pesca en alta montaña.
Después de un buen almuerzo a base de huevos con longaniza y panceta, subimos con el coche hasta el valle que sería nuestro escenario de pesca. Hay que dejarlo a mitad del camino pues solo están autorizados a subir algunos vehículos y el resto del camino hubo que hacerlo a pie. Casi una hora nos llevo subir, que con los waders puestos a mi se me hizo eterna, eso si, cuando llegas arriba y te encuentras con esta imagen se te pasan todos los males.


La olla es un antiguo circo glaciar de dimensiones enormes, por el que discurre serpentando un tranquilo y pequeño río de lecho rojizo.




Poco a poco las primeras trucha fueron saliendo, algunas con un "elk caddis" enorme. Paco optó por pescar con pequeños streamers, lo que a mi me dejó descolocado, pues nunca imaginé que en un río tan pequeño los streamers fueran tan eficaces.


En un momento dado pensé que se nos jodia el día pues estaba entrando un frente que no tenía muy buena pinta, aunque solo quedó en un amago. Yo por si acaso me llevé una mochila con un buen jersey un chubasquero de gore-tex.


El cauce principal lo van engordando torrentes que bajan de las cumbres más altas y como aún es época de deshielo, traían mucha agua.


Desde luego la primavera se hacia notar con millones de flores amarillas que no hacian sino dar aún mas belleza al lugar.


El lugar es de una belleza extrema, como decia Paco, a veces te crees que estas pescando en los paisajes de El Señor de los Anillos.




El haber conocido a Paco "Maravillas" ha sido todo un lujazo, ya no por su caja de moscas que es impresionante, sino por la calidad humana de este pescador.


Y entre foto y foto las truchas seguían saliendo, no muchas, pues llevabamos un pescador delante y el deshielo empezó a hacer acto de presencía, pero al menos una docena de truchas clavariamos cada uno. Esta de la foto fué la más grande del día y subió sin miramientos al trico de ciervo en una postura de libro.


A eso de las seis de la tarde llegamos prácticamente al final del circo glaciar, el deshielo ya era muy notable enturbiando y enfriando el agua, por lo que las truchas se volvieron inactivas y tuvimos que regresar al coche.


Durante la bajada pudimos ver multitud de marmotas como la de la foto, un bicho que yo no conocía y que me resultó curioso y simpático. La guinda del día la puso un sarrio que vimos bajar de las cumbres hasta el mismo río, magnífico y majestuoso animal.


En este sitio hasta los escarabajos son realmente bonitos.


Tras una hora y media de bajada llegamos al coche, yo con las piernas rotas pero el corazón contento por haber descubierto a una magnífica persona como es Paco y un entorno de pesca de esos que solo ves en los catálogos o en los videos.


Debo de agradecer de nuevo a Joaquín Herrero por haberme puesto en contacto con Paco. Por cierto... ya dispongo de un paraninfo orginal jejeje