martes, 21 de septiembre de 2010

Toy

Durante los quince años que llevo mojando mis moscas por los ríos de España, he coincidido con muchos compañeros de pesca. Desde hace unos meses tengo uno muy especial, uno que no siempre puede acompañarme pero que cuando lo hace disfruta en el río como él que más, este compañero se llama Toy.



A Toy lo abandonaron dos veces (el egoismo humano no tiene límites) y llegó a mi vida de casualidad. En principio para una semana, para darle un tratamiento que en la protectora de Jaca no se lo podían dar, pues decian los últimos dueños que lo abandonaron que tenía una grave enfermedad y que no tenía cura. De enfermo este perro tiene poco y así lo vi enseguida, asi que el tratamiento al segundo día se lo quité. Y se quedó para siempre...


Dice un amigo mío que desde que tengo el perro pesco más truchas, cosa con la que estoy de acuerdo, pues no veais que muestras me hace... por el gesto yo creo que me está marcando una de 40 cm. jejeje.



Toy es una mezcla de beagle y sabueso de tres años y el tío está hecho un toro de fuerte. Rezuma alegría y energía por todos lados, jamás se cansa en el campo.


Sus primeras salidas de pesca las hizo conmigo allá por marzo, con un frío que pela, pero el chucho es duro y se lo pasó pipa, aunque hubiera pinganillos de medio metro en las orillas.





En principio le tenía un poco de miedo al agua, sus anteriores dueños nunca lo sacaban al campo. Cuando yo lo adopté no tenía callo en las almohadillas de las patas, la cuáles aún estaban rosas, síntoma de pisar poco la calle. En cuanto llegó el calor perdió el miedo al agua y si no lo paras te espanta las truchas en kilómetros a la redonda.


Esta foto me hace gracia, tiene cara como de no entender que hace un tipo de cola de rata con una cesta colgada. Asombrado que estaba el perrín...


Con esta mirada es imposible no quererlo.

sábado, 18 de septiembre de 2010

Emergente klinkhamer

Esta mosca, como otras tantas muchas, se la vi por primera vez en la caja a Miguel Casaseca. Recuerdo perfectamente el día y el lugar, fue en el coto de la Bañeza, un septiembre, cuando entonces se pescaba sin muerte en esas fechas. Me dijo nada más pisar el río "toma, esta es la que comen". Era una pequeño klinkhamer en un #18, amarillo pálido, brincado con un tinsel holográfico (qué aberración!!! en esos años) y con pequeño poste de foam.

Esta mosca no cayó en el olvido (no como la mayoría, cabeza la mía!) y la fusilé de inmediato, utilizándola para todo tipo de emergentes, solo bastaba con cambiar tamaños y colores. Algún tiempo más tarde en una revista salió un artículo sobre ella y "se puso de moda".

La mosca que os presento hoy no deja de ser un comodín para las emergentes de color oliva y de un tamaño medio. Aunque en un principio su color puede engañar, una vez mojada tiende a oscurecer dándole un aspecto muy "apetitoso".


La ficha de montaje es fácil:

-Anzuelo: TMC 212Y #15-17 con la muerte aplastada.
-Poste: Poly de color visible o foam.
-Exubia: Rayón deshilachado.
-Cuerpo: Rayón oliva-dorado.
-Brinca: Huevo.
-Tórax: Dubing de ardilla.
-Hackle: Dun medio en parachute.



Esta otra es igual pero con el poste de foam, algo más discreto que el de poly.



Las variaciones y modificaciones que puede llevar este tipo de mosca son infinitas: poste, hackle, tórax, cuerpo, exuvia, brinca...etc. pueden ser modificadas a gusto del montador dependiendo lo que se quiera imitar o según gustos.

En tamaños grandes y con un hackle bien poblado puede servirnos muy bien como mosca seca en la pesca a tamden. Para aguas lentas yo prefiero hacer el poste en un color discreto y poblar poco el hackle.

Seguro que la mayoría la conoceis desde hace mucho tiempo, pero para los que no os animo a utilizarlas.

sábado, 11 de septiembre de 2010

La magia de septiembre

En septiembre los ríos pirenaicos bajan su nivel. Algunos ríos se vuelven realmente complicados debido a su bajo caudal, pero otros por primera vez en todo el año están "al punto" para ser pescados.


Como uno es nuevo por estos lares, me aprovecho de amigos como Javi o Alberto (él de la foto), los cuáles han sido como auténticos guias y gracias a ellos he conseguido entender y leer estos ríos, tan distintos de los de meseta. Como ellos mismos dirian, vaya "alicates" que están hechos.


Algunos ríos de por aqui han sido repoblados con truchas de "vayaustedasaberdonde" y comparten río con las de aqui, las de verdad. Este mes de septiembre es el momento de tentar estas farios autóctonas, tan difíciles de ver durante el resto del año y que normalmente tienen un tamaño muy bueno repecto a la media del año. Esta trucha tan guapa entró a una pequeña ninfa oscura pescando aguas arriba.


En este pozo hice mi último sereno, donde las truchas me volvieron loco y no quisieron ninguna de mis moscas. En Pirineos no todo son torrentes, también tienen pozos y aguas lentas muy difíciles de pescar. De momento las truchas de este pozo me van ganando la partida. En breves volveremos a jugar...


En esto tramos bajos las truchas repobladas abundan y se siguen sacando como durante el resto del año. No son truchas feas y son muy combativas, aunque me gustan más las autóctonas.


Esta trucha de la foto de abajo me dio una gran alegría. No acababa yo de dar con un buen tamden de ninfas para pescar este mes cuando recordé que Javi me había regalado una ninfita de la cuál hablaba maravillas. A la primera pasada, esta truchota que había visto pasar docena y media de mis mejores ninfas, tomó la ninfa de Javi sin miramientos. No podeis imaginar lo que una trucha así puede pelear en un pozo, bien pense varias veces que me partía el 0,14.


Y qué decir de esta otra... distinto río, distinto valle, distinta mosca... pero idéntica lucha.


Hasta el miércoles guapa!!


Hoy Javi y yo le dimos a un tramo de río de aguas bajas de verdad y muy cristalinas. Solo pescamos a seca y dos días antes estas truchas me habían dado una buena cura de humildad. Con el sol en todo lo alto nos costó mucho hacerlas subir y hubo que bajar el bajo hasta un 0,10 y las moscas a un #20 para poder engañarlas. La trucha de la foto echó una carrerota río abajo que me obligó a salir corriendo de piedra en piedra para evitar la rotura. Parece mentira la fuerza que pueden llegar a tener sin ser peces trofeo.


Me siento satisfecho de la jornada de hoy porque hace dos días las truchas se volvieron muy esquivas conmigo, comian algo muy pequeño y yo no tenía nada en mi caja de moscas que las convenciera. Tras una tarde de I+D y unos pacharanes, saqué del torno tres prototipos que pudieran imitar a esta pequeña efémera que estuvo saliendo estos días, al parecer es Baetis Scambus, un subimago hembra (o eso dice Javi, que está pirado por los moscos). Ninguno de los tres montajes se veia un huevo en estas aguas rápidas, pero las truchas subían muy francas a ellos, incluso funcionaron muy bien cuando las ignitas hicieron su aparición.


Resumiendo: me gusta septiembre!!

domingo, 5 de septiembre de 2010

Reparación del embrague del carrete

Muchos de los carretes que se venden para la pesca de grandes peces o de especies con gran potencia, llevan un sistema de freno consistente en un embrague. La mayoría frenan el carrete friccionando un disco de corcho contra una pista de teflón por lo que contra más apretemos el freno de carrete, mayor fricción y por lo tanto mayor es la resistencía que le aplicamos al pez.

Pues bien, en dos ocasiones he tenido el mismo problema: ante una carrera de un gran pez (siluro) o una carrera muy potente (barbo), al apretar casi al límite el freno, el disco de corcho, debido a la enorme fricción, ha cogido gran temperatura. Hasta aqui no habría problema sino es porque los discos se fabrican con un aglomerado de corcho y para poder aglomerar los trocitos de corcho se utiliza una especie de goma, que debido a la temperatura alcanzada por la fricción llega a deshacerse y el disco de corcho literalmente se desintegra, como bien podreis ver en las fotos.


El disco de corcho estaba pegado al disco de acero que se ve en la fotografía el cuál lo presionaba contra la pista de teflón. La masa gris que sale del eje del carrete no es más que la goma que mantenía unidos todos los trocitos del corcho y que al coger temperatura se volvió líquida.

Más restos del disco de corcho.

Este es el disco de acero sobre el cuál iba pegado el de corcho, como veis no quedaron ni los restos.

El eje impregnado por la goma deshecha.

Pista de teflón sobre la que fricciona el corcho y hace que frene el carrete.

La reparación

Para poder reparar el carrete la solución más fácil, más cara y más ineficaz sería pedir a la casa un disco de corcho nuevo, pero volverían a mandarmelo de aglomerado y estariamos en el caso anterior, por lo que la mejor opción era una reparación casera pero más barata y eficaz.

Primero hay que retirar todos los restos de corcho y goma del carrete. De paso limpiamos y desengrasamos todos los mecanimos, coginetes y rodamientos.


Para fabricar mi nuevo embrague opté por utilizar corcho no aglomerado y así no volver a tener problemas con la temperatura al forzar el freno con grandes peces. Lo que hice fue con una sierra de cortal panel sacar una "loncha" de corcho de una corteza de alcornoque. Luego con un rotulador marqué la silueta del disco de acero sobre el cuál iba a ir pegado.

A continuación hay que recortar la silueta, a groso modo ya habrá tiempo de ajustar.

Se puede lijar un poco el disco de corcho para rebajar el grosor, pero sin ajustarlo, solo aproximando un poco.

Después pegaremos el corcho al acero con resina epoxi que aguanta hasta 150 ºC y lo dejamos secar 24 h. Hay que ajustar bien el disco de acero a la silueta que habiamos marcado en el corcho.

Una vez seco el epoxi opté por lijar los bordes sobrantes del disco de corcho con el Dremel al cuál le monté una lija de madera. No hay miedo a pasarse lijando porque el disco de acero nos marca los límites y no nos deja pasarnos.

Tan solo queda ajustar el grosor del corcho. Como no sabía que medida tenía el disco original no me quedó otra que ir lijando y montando. Si al montar tienes el freno al mínimo y la bobina está frenada es que aún es muy grueso, debes lijar un poco más. Tienes que ir probando poco a poco, sin pasarte limando y justo en el momento que pruebes y veas que la bobina con el freno al mínimo queda libre ya no lijes más. Yo lije con una lima plana y muy suave, pero hay que tener cuidado de limar toda la superficie homogeneamente, no dejemos un lado con 1mm de grosor y otro con 3mm. También el utilizar lima suave tiene la ventaja que el corcho queda muy bien pulido y así nos aseguramos que toda la superficie del mismo fricciona con el teflón a la vez.

Solo queda engrasar las partes móviles del carrete (las que habiamos limpiado y desengrasado antes) con grasa adecuada (yo utilizo una sintética especial para maquinaria de precisión) y montarlo de nuevo.

Solo comentar por último que hice varias pruebas con otros materiales para la fabricación del disco de embrague. Utilicé corcho sintético, teflón y goma y ninguno me dió mejor resultado que el corcho natural.

Un saludo a todos.