viernes, 29 de julio de 2011

Estoy pescando!

Para todos aquellos que estos días me estáis enviando sms preguntando donde me meto...


...os digo que estoy bien, pero que estoy en estos parajes algo liado...


...PESCANDO!!!!! Así que no me molestéis, ya volveré un día de estos...

sábado, 23 de julio de 2011

Barbos con mosca. De cañas y bajos.

Así de fácil es clavar y perder un buen barbo. El pez una vez clavado profundiza a gran velocidad totalmente vertical, sin que pueda pararlo, rozando el bajo con las rocas y rompiendo.



En este lugar los grandes barbos se suelen encontrar en estas zonas de profundos cortados. Aunque en la imagen no se aprecia, después de la gran roca sobre la que pesco, el embalse profundiza bastantes metros, una característica habitual de este embalse y que los bigotudos aprovecharan a su favor, ganando profundidad rápidamente y rozando sin piedad nuestros bajos con estas rocas graníticas cuya superficie parece lija. Contra más metros dejemos al pez correr, más posibilidades de perderlo, incluso que nos deje la línea enganchada entre dos rocas (como ya me ha sucedido en varias ocasiones) al pasar en su huida por debajo de alguna de ellas, con el consiguiente riesgo incluso de partirla al intentar desengancharla.



En estas dos fotografías se puede apreciar un poco la orografía del lugar. Ambas están hechas con el nivel del embalse bajo, cuando pesquemos con el nivel alto, todas esas rocas quedarán sumergidas, siendo perfectos perdederos para los barbos, fijaros que cantidad de huecos y cuevas forman las rocas, los barbos no dudarán en meterse entre ellas. Pero también podemos suponer que debajo del agua la orografía debe ser igual y además desconocida para nosotros, por lo que debemos adecuar nuestro equipo para el "por si acaso".

Se ha hablado muchas veces del equipo ideal para la pesca del barbo. Siempre sale ese que dice eso de "pues yo los pesco en mi pueblo con linea 4". Pues cojonudo... para su pueblo, para otros escenarios será muy insuficiente. En este escenario se utilizan bajos de buen calibre (0,22 hasta 0,25 mm) con los que con una caña del #6 o 7 podremos forzar a estos peces antes de que se nos metan en las rocas y si nos pasamos forzando partirá el bajo. Si utilizamos una caña del #4 y forzamos con estos nylons, tal vez partamos antes la caña que el bajo. Creo fielmente que hay que adecuar las cañas a los bajos utilizados, de nada sirve pescar con una caña del #7 y utilizar un 0,16 mm porque en cuanto forcemos el talón de esta caña partiremos el bajo sin enterarnos, pero si el escenario a pescar y los peces nos exigieran pescar con nylons del 0,16 mm si que utilizaría cañas adecuadas a esa sección de bajo, que nos permitieran forzar hasta un punto pero protegiendo un poco el tippet utilizado.

Una buena manera de elegir nuestro equipo sería ordenando en importancia los factores a tener en cuenta, para mi sería de esta manera:
-Primer punto a tener en cuenta sería qué escenario de pesca tengo (orografía, corriente, profundidad,...) y qué tipo de pez (tamaño, desconfianza, come moscas pequeñas o grandes...)
-Segundo punto e influido totalmente por el anterior, sección del bajo a utilizar.
-Tercer punto y en consonancia con el anterior numeración de caña. Deberíamos utilizar una caña que nos permita poder romper el bajo utilizado peleando un pez. Si con una linea #4 puedo partir un 0,16 mm pero no puedo partir un 0,18 mm y quiero pescar con éste último, tal vez debería utilizar una #5, si tengo que pescar con un 0,22 mm puedo llegar a utilizar una #6 o 7.

Alguno en este punto pensará que una linea #7 se utiliza para pescar salmones y no podemos comparar un salmón con un barbo. Y yo digo que si pescara barbos en un pozo salmonero con una linea #4 o 5 me bastaría, pero que si clavara un salmón en mis escenarios de barbos y tuviera que pararlos en pocos metros para evitar su enrocamiento, tal vez tendría que utilizar una linea #12 y aún así... No se si me explico... Necesidades concretas, equipos concretos.

lunes, 18 de julio de 2011

Una tarde de domingo. Reflexiones sobre los bajos de línea.

Antes de comenzar, diré que me queda una entrega pendiente de pesca con cañas de dos manos en el mar, pero el clima, la pesca en el rio y la falta de un ayudante para sacar las fotos, han hecho que el tema se demore... un poco. Quiero dejar claro antes de empezar que todo lo que yo expreso son mis opiniones personales y que en ningún caso son dogma de fe, ni palabra de Dios.

Para hacernos un bajo de línea, en mi opinión, los factores más importantes son las dimensiones del rio, la modalidad de pesca y la habilidad del lanzador. Lo primero es lo primero, para hacerme mis bajos de línea empiezo por dividir la parte que voy utilizar un hilo “hart” y la parte que meteré en “soft”. Para la parte “hart” siempre utilizo Maxima y para el “soft”, pues bueno… tengo varios. Creo que ya todos sabemos lo de mojar el nudo para que se deslice mejor y para que al hacer el nudo no se caliente/rice pero yo, además, cuando estoy en numeraciones bajas y hago el nudo de sangre, hago más vueltas sobre el terminal grueso que sobre el fino, para que el grueso no corte al fino. A mí me funciona.


Además, al termino de la jornada, hay que tener cuidado con algunos hilos que, si no se secan bien, al día siguiente los nudos parten. No es mala cosa repasar y estirar los bajos antes de empezar cada jornada.

Si pescamos con ahogadas o ninfas (siempre hablando de pesca aguas arriba), en el diseño del bajo lo primero a tener en cuenta es el peso de la mosca y lo segundo si son aguas rápidas o lentas. Si el bajo tiene una punta larga y fina creara un efecto cóncavo (panza), que me gusta para aguas lentas. Por el contrario si la punta es más corta y el diámetro es el correcto, crearemos un efecto convexo (panza invertida), que me gusta más para las aguas rápidas.

Para pescar a seca me gustan los bajos lo más largos posibles y doy mayor importancia a la mosca que pongo. Me explico: si ato un tricóptero pongo un bajo rápido, pero si pongo una efémera al revés, uno lento. Tenemos que pensar que un tricóptero cuando emerge sale a toda leche y resultara sospechosa una presentación larga y lenta; todo lo contrario ocurre con las efémeras, un bajo con presentación lenta será mejor. En este punto daré una opinión personal: salvo muy contadas ocasiones de ríos muy pequeños, siempre pesco aguas abajo; me gusta que lo primero que vea el pez sea la mosca y creo que es muy importante el tamaño de las alas y las proporciones del patrón (creo que es lo primero que ven) mucho más que el color de la misma, y sino haced la prueba de coger una efémera, montarle unas alas en cdc enormes y luego poco a poco ir recortándolas. El reo es una de mis pasiones, me encanta pescarlo con imitaciones de terrestres en los parados, el bajo me gusta largo y que quede casi completamente estirado.


Hace algún tiempo asistí a unas jornadas en las que un pescador hacia unas correcciones (o mending) sobre el agua, a lo que otro pescador le recrimino que se debían de hacer en el aire mientras ejecutaba el lance. Yo estoy de acuerdo, creo que una vez posada la mosca en el agua se debe hacer las correcciones mínimas. Tendríamos que entrar más y más profundo en la importancia de los bajos en lances con anclajes en el agua, rodados, switch, etc… espero otro día entrar más en profundidad en las medidas y formulas, pero el tiempo no da para más. 

Creo que lo mejor sería que a final de temporada y con la nueva cosecha de vino, nos juntásemos y el amigo Alfonso nos trajese unas botellas de los caldos de Toro, para inspirarnos con los nudos de los bajos claro…


Roberto Caldeiro

viernes, 15 de julio de 2011

Ríos pequeños, aguas claras.


El año pasado, por estas fechas, los ríos de montaña todavía traían un buen caudal, pero éste a estas alturas algunos vienen muy cortos de agua. A menos caudal, menos corriente, más visibilidad para las truchas.


Pescando estos días hemos podido comprobar como se espantaban muchas truchas nada más aparecer la gorra por encima de las rocas, por ello la estrategia a seguir ha sido ocultarnos lo máximo posible tras las rocas, recordándome mucho a cuando recechamos barbos.


Además de la ocultación, he utilizado bajos largos, de unos 6 m. de longitud. De momento no he bajado la sección del tippet por debajo del 5X, no he notado rechaces por pescar con este grosor y en estos escenarios de roca el nylon sufre mucho, si pescaramos muy fino y ante la clavada de un buen pez, podríamos   perderlo por llevar el bajo tocado.


El pescar con bajos tan largos y levantar mucho la caña, hará que minimicemos el dragado y que la línea quede muy lejos de la trucha, espantando menos peces y consiguiendo un buen control de la mosca, logrando que ésta aguante en la postura esos segundo cruciales hasta que la trucha la toma.


Pescando de esta forma no siempre tendremos la mejor visión de la zona a pescar, por lo que es importante llevar una mosca que logremos ver en casi todas las condiciones de luz y reflejos. Estas truchas de aguas bajas no van a darnos tantas oportunidades de lance como las de principio de temporada, por lo que hay que localizar la mosca desde un primer momento, levantando enseguida y corrigiendo el lance si éste ha sido malo.


Por último comentar que no soy partidario de cañas excesivamente largas, he pescado muy cómodo con cañas entre 8 y 9 pies, ligeras. Las cañas largas suelen pesar más y hay que tener en cuenta que vamos a hacer muchos lances y al final la muñeca y el antebrazo se resienten, además arriba en la montaña serán habituales los días de viento y la cañas largas lo sufren más. Supongo que si pescara más de punta me sentiría mejor con una caña más larga, pero estamos hablando que pesco con bajos de 6 m. más algo de linea, por lo que la denominación "de punta" no me encaja del todo en esta forma de pescar pues hay bastantes metros de nylon en el agua, y yo con cañas más cortas lanzo mucho mejor y más cómodo.


Habrá gente que pesque diferente a mi, que prefieren acercarse más y con bajos más cortos, pero a mi esta forma que os he contado me ha funcionado muy bien en los pequeños ríos con pozos de aguas transparentes.

viernes, 1 de julio de 2011

Alta Montaña (VII) Un buen día.


Empezaré por el final y lo que menos importancia tuvo: cuatro truchas, una de ellas muy bonita.
¿Puede ser un buen día con solo cuatro truchas? Ya veréis que si.


Ayer, a parte de Toy, me acompaño alguien muy especial y con la que tenía muchas ganas de subir a la montaña, Teresa. Ella haría de fotógrafa todo el día y por eso no hay ninguna foto suya.


Prefiero no contaros que el lugar elegido para pescar estaba lleno de turistas, coches, niños y que por delante de nosotros había un guía de pesca y varios pescadores. Eso cualquier día habría hecho que ni siquiera cogiera la caña y me bajara por donde había subido, pero hoy no, hoy la pesca era la excusa para pasar con ella un día de campo.


Ella que se ha pasado este último mes en Zaragoza a 40 ºC y yo que soy un caluroso por defecto, nos alivió mucho tener que estar ahí arriba con el forro polar, pues hubo un viento de norte que, a parte de quemarnos la cara, enfriaba mucho el día.


Esta foto de abajo me encanta!!


¿Y que decir de este girao de la cabeza? Pues que se pegó un carrerón montaña arriba en busca de una marmota que cuando llegó a casa no era capaz ni de subir las escaleras...


Estos tres tampoco es que lo estuvieran pasando muy mal.


Y esta foto es muy graciosa. Cada loco con su tema y los dos con la pata en el aire, uno recechando truchas y el otro marmotas.


Me hace mucha gracia lo serio que se pone a veces...


Durante todo el día el viento nos trajo unas nubes "bajas" que nos enfriaron mucho la jornada.



Cuando Teresa se cansó de verme mojar las moscas, se fue donde a ella le gusta estar, arriba en las cimas.


No dejamos que se nos hiciera tarde, cuando aún el sol estaba arriba, pusimos rumbo a casa, de nuevo a los valles. Parece mentira lo que relaja el espíritu un día por estas altas llanuras.


Al final cuantos peces es lo de menos, lo importante es cómo y con quién.