domingo, 24 de junio de 2012

Bocazas de altura

Si alguien lo está pensando, no, no hemos pescado black bass en ningún lago de alta montaña. Creo que a parte de estos peces hay otro que bien se puede ganar el adjetivo de bocazas de altura... Porque si la intención es pescar salvelinos, hay que subir.


No soy un fanático de estos peces, la verdad que su pesca solo tiene la dificultad de subir donde se encuentran, porque se lo comen todo.


Coincidiendo con un próximo viaje a mi zona de un par de amigos del otro lado del charco, me propuse estos días explorar un poco los ríos que me pidieron pescar. Como querían pescar salvelinos me acerqué a este río en compañía de Raúl, con él que ya había pescado el año pasado. Raúl se ha convertido en un experto conocedor de estos ríos, todo un atleta que a sus 17 años no le importa subir una tarde corriendo hasta estos escenarios con tal de echar unas horas de pesca después de clase.


Los salvelinos la verdad es que no  se hicieron de rogar. He de reconocer que son bien bonitos y, aunque no estén donde deben estar, una cosa no quita la otra.



El wader en alta montaña es opcional en muchos casos. Unos pantalones cortos y las botas de wadear con unos escarpines de neopreno de 3mm. e iremos servidos. Importante echarse crema solar factor 50 pues aquí arriba el sol abrasa aunque no haga mucho calor. En la mochila agua, comida y abrigo por si se tuerce el día.


Este chico será un gran pescador de mosca. Apunta maneras.


¿Dónde está el saltamontes?



Para los anfibios los salvelinos son auténticos depredadores, máxime cuando la densidad de ellos es tan alta.


Este río tiene posturas de una gran belleza. No me importaría que aquí me subiera una trucha de palmo y medio...


...pero en realidad lo que hubo fue un buen bocata. La mayor captura del día y sin devolución.


Los salvelinos esta vez tuvieron un tamaño superior al de otras veces. Éste es el mayor que sacamos.



Probamos todo tipo de moscas: stonefly de foam, Chubby Chernobyl, Chernobyl original, saltamontes de foam... Todo en generosos tamaños y todo lo comían.



Las pozas no nos dieron ese pez trofeo que tanto busca Raúl. Tranquilo, todo llegará...


Buena foto de mi compañero, justo en el momento de la clavada! Grabamos con una cámara Go-Pro HD muchas secuencias dentro y fuera del agua, a ver si descarga Raúl los vídeos y sacamos algo decente.



Menuda boca! Hasta la Chubby Chernobyl se ve pequeña dentro de ella.


Tras las últimas capturas nos bajamos al coche dándonos una buena caminata pues realmente subimos un montón.


Una vez abajo echamos un parlao con tres paisanos de la zona que se encontraban observando sarrios con los prismáticos. La verdad es que no estaban muy contentos con que allí hubiera salvelinos, prefieren las truchas. Yo también prefiero las truchas, suponen un mayor reto, pero mientras haya salvelinos pescaremos salvelinos, porque tan sólo con pescar en este paisaje ya merece la pena subir.

jueves, 14 de junio de 2012

A quien madruga...

...las truchas le hacen un corte mangas.

Los ríos de montaña o alta montaña es lo que tienen, las truchas tardan en activarse. Estos días es frecuente que subas a un río de alta montaña y te encuentres a pescadores que a las doce de la mañana ya se han pateado todo el río, normalmente con escaso resultado. Ni pescan ellos, ni pescan en un buen rato los que van detrás. Son ríos tardíos, a los peces les cuesta activarse.


Hoy he pecado un poco de madrugador, he llegado a pescar a las 12 de la mañana, pero es que ya no sabía que hacer en casa y al no tener compañero para irme a comer unos huevos, pues me he llegado al río.


Y la cosa es que me he equivocado. Sabía de sobra que este río es más de tarde que de mañana. Además traía un color un poco tomado y algo azul. He estado tres horas en las que solo un par de truchillas se han dignado a subir a mi mosca sin clavarse. La ninfa ni la tocaron. El río parecía muerto.

A las 15 horas llegué a este pozón. Se veían cebadas de dos truchas; una en la parte final del pozo y otra más arriba, donde entraba la corriente. La primera me sube al tricóptero de ciervo pero no se clava. Era una trucha buena, tal vez pasaba los 30 cm.

La de arriba sigue cebándose con calma, de vez en cuando. Le paso varias moscas pero no les hace ni caso. Como he visto alguna gran efémera volando, decido tirarle con una mala imitación de la emergente de pardón de Joaquin. La toma franca y nada más clavar comienza a pelear como una posesa. Me recorre el pozo varías veces a una velocidad endiablada. Las otras truchas que habitan el pozo salen despavoridas aguas abajo.


La trucha, tras intentar meterse un par de veces debajo de unas ramas sumergidas en la orilla, logra rebasarme y se descuelga por estas corrientes hasta un pozo inferior sin que pueda pararla. La sigo como puedo pues las rocas resbalan muchísimo. El bajo no tiene más que un 0,15 mm. en punta y rezo mucho para que no se parta.


Por fin logro parar la trucha y acercarme a ella antes de que siga descolgándose. Es una trucha muy guapa, de un par de palmos y perfecta de proporciones. Madre mía que potencia tiene este pez! Me hizo sudar lo mío. La mejor trucha de lo que va de temporada. No necesita que la reanime, nada más dejarla en el agua sale pitando.


Y ésta es la mosca que la logró engañar. Es un patrón simple pero eficaz, me está dando muchas truchas este año.


Repuesto de la emoción, sigo pescando río arriba. Las truchas siguen apáticas y decido llegarme a unos pozos superiores a ver si se estuvieran cebando. Y así fue, en el primer pozo se estaban cebando algunas truchillas, pero no me quieren la emergente de pardón. Ato un pequeño parachute con cuerpo en body quill marrón, un regalo de Paco Lizárraga. Las truchas la toman sin miramientos.


De repente, un río que parecía muerto, despierta y en cada postura voy sacando una trucha o al menos mi mosca sufre un ataque. Las zonas como la de foto de abajo son las más productivas.


Pongo fin a la jornada a eso de las 18 h. He perdido la cuenta de cuantas truchas me han subido, la cuáles, sin ser exagerado, tenían un tamaño decente.


Ya sabes, si vas a pescar a ríos de montaña, no madrugues tanto!

Ahora toca una semanita de relax sin pesca y atendiendo a la familia, que las piernas ya notan los días de pesca.

martes, 12 de junio de 2012

Truchas, agua y alubias


Metidos de lleno en la primavera, el tiempo nos da un respiro y por fin las nubes hacen su aparición.


Las montañas están preciosas, los prados están totalmente verdes y repletos de flores. Se ve vida allá donde mires, como por ejemplo esta oruga "melenuda" que me recuerda un wolly buger.


Estas últimas jornadas las he compartido con José Luís. Lo conocí hace un par de años en una jornada de pesca con amigos comunes y es un tipo realmente simpático. Solo tiene un defecto, cada vez que me sube una trucha, no puede evitar gritar y me da unos sustos tremendos.


Hemos pescado ríos muy distintos y hemos tenido suerte pues hubo eclosiones en todos, por lo que solo hemos pescado a mosca seca.


Los tricópteros de PLA y ciervo han resultado realmente útiles, así como las Royal Wulff de vistosas alas flúor. Solo en el último río hemos necesitado pescar con pequeñas emergentes y parachutes pues las truchas se pusieron muy selectivas a unas efémeras olivas.


Y con él he compartido hasta ahora la mejor comida de toda la temporada: alubias de primero, conejo escabechado y pollo asado de segundo, regado de vino tinto y de postre arroz con leche casero y café de puchero. Puff! casi ni volvemos al río por la tarde, pero nos vino de perlas para soportar la chupa de agua que nos trajo una buena tormenta, incluso arriba, algunas cumbres, se tiñeron de blanco con un poco de nieve y es que la temperatura en el río bajó por debajo de los 10 ºC.


De truchas hemos estado bien servidos, con todo tipo de libreas...




Incluso alguna arcoiris, de esas que muchos insisten en que no se reproducen en libertad. Ya el año pasado sacamos algunas y tengo constancia que hay por la zona 4 o 5 ríos donde se reproducen desde hace años.


Y alguna que otra trucha un tanto peculiar como ésta sin pintas y muy oscura.



Y por supuesto volvieron al agua, para que nos vuelvan a dar más alegrías en el futuro.


Han sido unas jornadas muy agradables, por aquí te espero amigo!


viernes, 8 de junio de 2012

Qué mala leche!

Hoy empieza mi tour pesquil. De aquí a final de junio me esperan muchas jornadas, un auténtico empacho de pesca a mosca.
Ayer miré el tiempo en la web, no parece que vaya a hacer muy malo, alguna nube y poco más. Me llego hasta el valle a pescar y recorro un pequeño camino lleno de barro (ayer por la tarde debió llover), paso un par de zonas difíciles con el coche y lo aparco. Aún queda un buen trozo caminando y el sol está pegando ya con justicia, aunque la temperatura aquí abajo no llega a 15 ºC.
Mi único compañero hoy será el loco de las orejas grandes.


Vuelve a hacer sol y no me gusta el sol aquí arriba. Antes de pescar me echo algo de crema factor 50, mejor prevenir. No me arriesgo mucho con la mosca, pongo un trico de alce y PLA que tantas alegrías me dio el año pasado. Primera corriente y zas! primera trucha. Segundo lance, otra. Tercer lance, otra más. No son muy grandes, en torno a los 22 cm. pero mejor comienzo imposible. Luego tanteo unas zonas que siempre me dan trucha grande, pero no se mueve nada. Habrá alguien por delante?


Sigo pescando y un par de truchillas tipo llavero intentan comer la mosca sin éxito. Llego a un largo pozo y nada más posar la mosca clavo otra trucha palmera. Tiro al chorro. Nada. Vuelvo a tirar. Nada. Así ocho o diez veces hasta que una gran boca come la mosca muy despacio. Clavo y noto que esta trucha es seria, recorre el pozo varias veces antes de rendirse. Vaya trucha más guapa!


Decido pescar un pequeño arroyo tributario de este río. Me van subiendo pequeñas truchillas, cosa normal pues no lleva mucha agua. Tiro junto a un cortado de la orilla donde hace un poco de sombra. Otra gran boca toma la mosca de forma pausada, clavo y una trucha gemela a la otra empieza a saltar una y otra vez. Al final se suelta, pero estoy tan feliz como si la hubiera sacado.
Creo que es la hora de dar cuenta del bocata y los plátanos, así que me tiro en la orilla y me relajo un poco. Cuando acabo de comer empiezo a ver llegar unas nubes muy negras. No me las esperaba yo hoy...


Sigo pescando el río principal. Cambio el trico por una Chubby Chernobil. Es realmente gracioso pescar con esta mosca, la cantidad de truchas que mueve solo es comparable a la cantidad de ellas que fallan los ataques.
En un pequeño pozo veo una gran sombra en mitad del chorro. Le tiro la mosca y una buena trucha sube con furia, la intenta comer un par de veces pero falla ambas. Le vuelvo a lanzar y vuelve a ir a por ella, pero esta vez la rechaza. Cambio la mosca, pongo una Royal Wulff en parachute. Primer lance y la trucha sube como un rayo a por ella, clavo y parto. Me cago la p...a! Las truchas grandes se están moviendo.

Pero algo me ronda la cabeza. Cada vez hay más nubes y empieza a refrescar. No puedo olvidarme de ese par de zonas de barro que pasé esta mañana con el coche. Si no fuera por eso seguiría pescando, llevo el Goretex en el chaleco y me gusta pescar bajo la lluvia. Sigo pescando, pero ya no estoy concentrado. Si llueve tendré problemas para sacar el coche de ese camino y estoy muy lejos de él.


Decido bajar hacia el coche. En mi cabeza el vicio y la responsabilidad están librando una batalla. Por dos veces me paro y hago el amago de darme la vuelta y volver al río. Está nublado y templado, ideal para pescar!!
Finalmente la responsabilidad gana la batalla y me bajo al coche. Cuando llego estoy furioso. Aquí abajo no parece que las nubes tengan tan mala pinta. Todo el camino de regreso a casa no paro de darle vueltas a la cabeza. Intento convencerme de que una tormenta a casi dos mil metros no es un juego de niños. Pero con lo bien que estaba saliendo el día!

Ahora estoy aquí sentado, mirando por la ventana y si, hay bochorno y está nublado, pero ni llueve ni truena. La escueta jornada de tres horas de pesca no me ha saciado. Mañana me tomaré la revancha!